Haciendo una investigación en la Biblia en relación a la actitud de Dios al respecto en las diferentes épocas en que él trató con el hombre vemos que en los tratos, pactos y prescripciones que Dios le da al hombre está incluido el sacrificio de animales como base de la alimentación de éste. La primera referencia directa sobre el consumo de carne para la alimentación se encuentra en Génesis cap. 9 vs. 3 en adelante y dice: “Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento; así como las legumbres y plantas verdes, os he dado todo, pero la carne con su sangre no comeréis...” . En épocas posteriores, como la patriarcal, el sacrificio de animales para el mantenimiento era algo normal dentro de las prácticas alimenticias de ellos.
Durante el tiempo de la Ley, Dios prescribe a los Israelitas en Levítico 11 el sacrificio de los animales limpios para comer y la caza de animales para su mantenimiento.
En los tiempos de Cristo se practicaba caza y consumo de animales silvestres y el mismo Jesús comía cordero y pescado como parte de su alimentación. Esto es ratificado cuando Pedro, estando en la azotea de su casa orando y tuvo hambre, Dios le mostró un lienzo lleno de todo tipo de animales y le dijo: “Pedro, levántate, mata y come.
Todo esto responde a la pregunta; ¿qué dice Dios sobre la caza de animales silvestres?
Ahora bien, como cristianos también entendemos algunas cosas que nos ayudan a buscar un equilibrio y evitar el abuso indiscriminado de la caza de animales silvestres.
Primeramente pensemos en las personas que viven en los centros montañosos y el los parajes solitarios con sus puestos de ovejas. La alimentación de ellos estriba en la caza y sacrificio de los animales silvestres entre los cuales están los guanacos, el avestruz, etc. Ellos allí no tienen carnicerías y son ellos los que tienen que proveerse de la carne que le da la naturaleza.
En segundo lugar, no estamos de acuerdo con la cacería deportiva ya que
se aparta del propósito de Dos con los animales, que sirven de alimento al hombre. Algunos animalitos salen solo heridos y después muren agonizando y como se escapan no lo aprovecha nadie.
En tercer lugar: Si alguna persona caza, como es natural, con el permiso forestal pertinente, y el permiso del dueño del campo, y lo hace para alimentarse, no hay nada de carácter religioso ni ético que le impida hacerlo. Hay quienes tienen que cazar y otros pescar porque no tiene plata para comprar carne en la carnicería y no van a dejar a sus hijos morir de hambre.
En cuarto lugar, si alguna persona, por asunto de conciencia, cree que no debe cazar para comer, es mejor que no lo haga ya que todo lo que no es de fe, es pecado, Pero debe deslindar bien en su posición muy personal y no creer que si otros lo hacen está mal hecho.
Y por último, quiero aclarar algo en relación al movimiento ecologista, ya que ellos están en contra de la caza de animales silvestres para el consumo humano. Si el móvil es la defensa de la cadena ecológica producto de la indiscriminación de algunos que cazan especies en extinción, que cazan aves y animales exóticos para enriquecerse, que destruyen la flora y la fauna con sus actividades, queremos decir que nosotros estamos en contra también de este tipo de tratamientos a la naturaleza que Dios nos ha regalado.
Pero si el móvil que les inspira es la idea de las religiones orientales que enseñan el panteísmo, o sea que Dios está en todas las cosas, que todo es Dios, entonces sí estamos completamente en contra de ellos ya que esto es un error. Dios es creador de todo, pero el vive independientemente de todas las cosas y no se confunde con ellas. Él trasciende a su creación aún cuando ejerza su omnipresencia.
Si el móvil de algunos ecologistas es la creencia en la reencarnación y que los animales pueden ser la reencarnación retrógrada de alguna persona, estamos en contra de esa enseñanza. La Biblia enseña claramente la resurrección del cuerpo, contra la trasmigración del alma. La Biblia nos enseña que es necesario que el hombre muera una sola vez porque ha vivido una sola vez y que su salvación está en Jesucristo, quien murió por sus pecados para que sea salvo de la ira venidera. Hay una sola vida material y una sola oportunidad para salvase y esa oportunidad es ahora, Hoy o nunca.
Llanes, Luis E. Ministerio Luz y Verdad. Puerto Madryn, Chubut, República Argentina. Editado por EDICI: Rancho Cucamonga, California, EE.UU.
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